Elba Ethel Alcaraz, todos los días vuelven a ser días




ESA MÚSICA…

A Chicha

No es esa música.
Es el tiempo insostenido
de esa música
el que nos rodea, penetra,
se instala.
A través de la voz
la memoria arrima
otro sol
a este compartido
e ilumina plácidamente
nuestro estar.



JUEGO

El circulo trajinado
del tiempo
vuelve a su origen
en el asombro, la alegría,
la ingenua entrega
al aire de la nieve
que cae mansa
y sólo cruje
cuando rescato
con el juego
el júbilo remoto
del salto en la vereda
de mi infancia.



AUSENTES

Sólo los nombres reconozco
sin carnadura memorable.
Compartimos alguna vez
el vaso, las palabras,
la noche alta, el entusiasmo,
cuando a todos ocupaba la vida.

Ahora, ni los nombres
ni algunos poemas separados
alcanzan para rescatarlos
de la pérdida, el vacío,
la propia muerte.

Y yo, ¿estoy viva?



INTERIOR

La lluvia compasada
separa las telas de la noche.
Un único sonido
repiqueteante y denso
invade el bienestar
y lo prolonga.
El lecho es vientre acogedor
que niega el mundo.
Por el amor, suspendidos,
vemos cómo zozobra la rutina.



HÁLITO

Un golpe en la ventana
–oculto espejo de aire-
y el cuerpo diminuto del colibrí
yace en la hierba aún fría
de la mañana.
La niña acude, lo levanta,
sopesa la levedad aún viva
y le transmite
su voluntad en vilo,
su íntimo aleteo,
hasta que el ojo rasga la ansiedad
y al sol renueva
su intensidad moviente.



CAMPO

Detrás de los cercos
la sumisión.
Alambre y tierra acostumbrados.
El amarillo crece ganando el aire
y hay una huella para el nacimiento.
Animales lentos
comunican el tiempo
sin cristales.
Las paredes rosadas lo devuelven
a una memoria primitiva.
Se abren las manos
y la tristeza se ríe
en los patios de polvo.
Nacer, morir es una rueda clara
que rompe los terrones de sol,
largamente.
A veces, cavan los cuchillos.
Pero todos los días
vuelven a ser días.



CIUDAD

Arena.
Ventanas apretadas.
Todo está sucio de arena.
La coraza hiende los cristales.

Dónde está el tiempo pequeño,
agua, luz, mañana?

Calles de arena.
Dorada muerte lenta.
Y desnudo el corazón, adentro.
Huecos rotos y grises.

Porque hay que hablar,
gritar, cantar.

Rojo el aire, hace muecas hondas.

Arena.
El agua pasa y muere.




Elba Ethel Alcaraz (La Plata, 21 de abril de 1932). Vive en City Bell.
Selección de JMP. Libros: “Distinta tarde” (1990-1999; El Búho, 2007), “Espacios y claridades” (1960-1978; Tierra Firme, 1995) y “Todos los días” (Altamar, 1958).

Foto: Elba Ethel Alcaraz, Susana Siveau, Irina Bogdaschevski y José María Pallaoro, 
circa 2011, Biblioteca López Merino. Archivo de la talita dorada. 

No hay comentarios: